Vía Crucis del Cristo de la Tercera Palabra
El Vía Crucis del Cristo de la Tercera Palabra de la Cofradía de las Siete Palabras de Zaragoza del año 2024 se celebra el viernes 15 de marzo. Como es tradicional, el acto tendrá lugar a partir de las 21:00 horas en la Real Capilla de Santa Isabel de Portugal. Este evento es una celebración cuaresmal que se realiza anualmente y está presidido por la imagen de Cristo de «La Tercera Palabra».
Se trata de uno de los actos más relevantes de la Cofradía de las Siete Palabras antes de la celebración de la Semana Santa de Zaragoza 2024. Este año, la Cofradía estará acompañada por hermanos de la Real y Calansacia Cofradía del Prendimiento del Señor y el Dolor de la Madre de Dios.
Historia del Vía Crucis del Cristo de la Tercera Palabra
El Vía Crucis es un acto de oración comunitaria y de íntima meditación que se celebra durante uno de los viernes de Cuaresma. La junta de gobierno, encabezada por el hermano mayor Francisco J. Romero Fernández, impulsó en 2010 la creación de este nuevo acto de la Cofradía.
El Vía Crucis está presidido por el Cristo de “La Tercera Palabra”, y su organización responde a una de las inquietudes más latentes en la Cofradía: rendir culto a la imagen principal de su paso titular. Este acto ofrece un espacio para poder rezar en torno a la imagen de Cristo, algo que resulta complejo debido a las condiciones especiales por las que se rige la Real Capilla de Santa Isabel de Portugal en cuanto a horarios de apertura y celebración de cultos.
El Vía Crucis de la Cofradía de las Siete Palabras es un acto preparado desde el cariño y el compromiso de todas y cada una de las secciones y grupos que conforman la Cofradía. No es repetitivo ni excluyente con el que la Cofradía celebra en la noche del Lunes Santo por el entorno de su comunidad parroquial de San Gil Abad, sino totalmente complementario.
Reflexión
El Vía Crucis es un camino de fe, un renacer continuo a Dios. Es un acto que abre el alma y los sentidos, llenando los cuerpos de sensaciones: la tenue luz, el sonido, el aroma, el calor de la vela. Participar en este acto se transforma en algo especial, donde se percibe el respeto con el que lo vive la Cofradía. Es un acto que permite llevar a casa, en el corazón, el rescoldo de las pequeñas conversiones de la noche, deseando ser capaz de avivar el fuego y hacerlo luz que alumbre y guíe el camino hasta el próximo año.